Fanfict Ygritte y Kyo

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La luna brillaba en el cielo, Ygritte se escondía detrás de un matorral para no ser vista. Lo que tenia en frente era una autentica orgía. Cuerpos de vírgenes y no vírgenes se entremezclaban uniéndose a unos hombres grandes y musculosos. En el centro de todos y desde una altura privilegiada, se alzaba el mismo rey del infierno: Satanás.
Ygritte retrocedió, uno de los hombres se percato de su presencia. La agarro fuerte y se aprovecho de ella. Ygritte gritaba y lloraba que por favor la soltará, que la hacia daño. Pero el otro no paraba. Cuando todos hubieron terminado, la dejaron allí tirada.
Nunca la habían pillado, pero esa vez si. Uno de los ángeles guardianes bajo a ver que hacia y se la encontró rodeada de fluidos corporales, sangre... Ygritte estaba en el suelo, con cara a veces de miedo y otras de lujuria. El ángel la miró con odio y se la llevo de allí ante el consejo.
-Eres una vergüenza para todos nosotros- Gritó una de las ángeles superiores- Eres la deshonra de tu padre y de tu madre.

Ygritte miraba a su padre y a sus hermanas pidiendo auxilio pero ellos apartaban la mirada.
La ángel de antes se acercó a Gabriel, el padre de la chica.
-Siempre ha sido la oveja negra, Gabriel- le agarró del hombro de forma amistosa- Tan solo, esos ojos la hacen diferente, tiene los ojos del diablo...- Alzó la mano- Acabad con ella- Alejo de allí a la familia de Ygritte.

Ygritte de pronto se vio rodeada de ángeles que la golpeaban y le arrancaban las plumas rojas de sus alas. Ella sollozaba y gritaba de dolor, pero no la hacían caso... solo tenia 12 años.

Ygritte se despertó sobresaltada. Su respiración era agitada y se llevó las manos inconscientemente a la espalda. Había sido solo un recuerdo, un mal recuerdo.

A su lado alguien respiraba fuerte, era Kyo, su amante secreto, el único ser que había conseguido entrar en su corazón.
Ygritte lo miró sonriente. La sábana que cubría su cuerpo desnudo se deslizó hasta su cintura.
Se acarició la zona en la que Kyo la había marcado y ella con su mirada busco la marca que le había dejado ella en su pecho.

Se levantó, dejando caer totalmente la sábana al suelo. Se acercó a la encimera y se preparó el veneno. Intentaba no hacer ruido para no despertar a Kyo.
Se lo tomó de un trago y se acarició el vientre, mientras realizaba el gesto miro a Kyo.
-Por ti, dejaría de tomar esto.-dejo el vaso vació de nuevo en la encimera

Se acercó al baño sin apartar la mirada de la cama, observando como Kyo dormía. Entro dentro del baño y empezó a preparase. Con un tónico especial, volvió a la marca de Kyo para que sus clientes no lo vieran, como hacia cada mañana.
Se recogió el pelo de forma sofisticada, el cliente de es día adoraba a las bailarinas orientales, asi que se vistió para la ocasión. Cuando estuvo lista se acerco a Kyo y le dio un beso de despedida con cuidado de no despertarlo.
Dejo una nota junto a el donde se podía leer:
-Te quiero Kyosuke.
Salio de la habitación y empezó a recorrer el largo pasillo hasta llegar a las salas.

-Mi señora.
Ygritte se paro en seco y miro hacia atrás, reconocía esa voz.
-Leviatán- era su muchacho- se puede saber que quieres, tengo prisa

Leviatán la cogió por la cintura y la empujo contra la pared.
-Leviatán, se puede saber que pretendes?- Ygritte lo agarro para intentar separarlo de ella
Él la abrazo de forma protectora.
-Mi señora que hace?
-¿Qué quieres decir?- Ygritte lo miraba desafiante
-Mi señora... Ygritte- él era el único de sus sirvientes que la podía llamar por su nombre- La conozco y nunca la he visto así. Qué pretende con el príncipe. Siempre quiere que el termine en usted, normalmente eso no le importa.
Ygritte apartó la mirada.
-¿Tan obvio es?
-Yo soy el único que se ha percatado, soy el único que la conoce la suficiente para darse cuenta.
Ygritte le acarició el rostro.
-Debe ser precavida mi señora. El rey empieza a sospechar...
Ygritte le tapo los labios para que no siguiera hablando.
-Tranquilo amigo, se lo que me hago- le beso en los labios y se metió en la sala para ofrecer sus servicios.

Aunque estaba enamorada, seguía siendo la puta del infierno, y no debía bajar la guardia, o perdería la reputación de ser la mejor... además de su vida

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